La función de las iniciales altas, al igual que la de las iniciales en arracada, es captar la vista del lector, aunque en las sueltas aparecen por primera vez bastante más tarde que las descendentes. Al igual que estas, suelen ocupar dos líneas, pero son más escasas. Aunque son bastante comunes después de 1800, es raro que aparezcan antes de esa fecha. El primer ejemplo, tomado de La Fedra (NYPL 12836), impresa por Carlos Gibert y Tutó (Barcelona, activo entre 1775 y 1796), lo encontramos dentro de una tipografía que utiliza ss largas, por lo que es probable que no sea posterior a 1785. El segundo ejemplo, A falta de hechiceros lo quieren ser los gallegos (NYPL 12334), muestra a otro impresor barcelonés, Francisco Suriá y Burgada, que ya ha abandonado la ss larga: la fecha probable de esta suelta se establecería entre 1780 y 1806, cuando Suriá y Burgada dejaron de imprimir [DWC].

Véase además: iniciales en arracada descendentes