Como su nombre indica, se trata de una pieza de papel que anula o tapa algo impreso en la portada o en la última página, más frecuentemente un colofón o alguna identificación del primer impresor o editor. En algunos casos, la banderilla se pega en un espacio en blanco de la suelta; en ese caso, es el librero quien la añade como marca de procedencia.

Las banderillas que aparecen en las sueltas suelen indicar la venta de las existencias de un impresor por otro impresor durante el traspaso del negocio. El nuevo propietario pegaba su tira de papel impresa sobre una parte de la portada o del colofón del anterior impresor. Muchas banderillas han sobrevivido en malas condiciones: rasgadas en parte, raspadas o dañadas de diversas maneras. También pueden haberse desprendido, quedando las marcas de la cola. Si estas fueran lavadas con posterioridad, es probable que no quedara huella de la banderilla original.

Véase además: colofón, pie de imprenta